DIVINA MUJER

Haces magia, paloma de alas azures,

con tu sensatez y alegría

transformándolo todo en un instante

con el ímpetu de tu coraje y devoción.

A tu lado la lágrima se vuelve torrente de risa

y la risa es viento fresco que cruza montes,

hasta hacer morada en nuestros corazones

que a tu lado se tornan libres al sanarse.

.

Eres mujer de ímpetu generoso y raíces fuertes,

un duende que recoge las palabras,

para dejarlas caer como maná sobre el mundo

matizándolo de versos plenos de ternura y gracia.

Eres la inquieta que bajas la luna para iluminarnos

llenándonos los sueños de amores que dejan huellas

y tristezas que nunca son eternas.

Eres la divina mujer que todo lo puede.

Mujer- maga. Mujer – mamá. Mujer - poeta.

CARTA EN EL DÍA DE REYES

Es mi deseo que él sea alto y sereno,

osado faro que me guié entre tormentas.

Valiente y audaz para resistir sin temor,

la bravía pasión de mis palabras.

Que tenga ojos atentos y grandes,

espejo dulce donde se muestre mi cuerpo,

delineado por el sortilegio del amor

para yacer eternamente a su lado.

Que oculte entre sus dedos largos,

caricias fragantes de estíos y océanos.

Lluvia asombrosa que al rodar sobre mí,

sane las heridas que duelen aún.

Deseo que sus piernas sean veloces

y le permitan caminar a mi lado.

Acompañando mí andar entre versos y ocasos,

amable duende, siempre listo a cobijarme.

Que su sonrisa detenga mis latidos

y  me aprese demostrando que es capaz,

de matizar con mil colores los atuendos de mi sombra.

Deseo que nos hallemos pronto,

y se agiten mariposas en mi alma,

al pensar que valió la pena tanta espera…

un instante antes que él me bese.

GOCE

Exquisito embrujo tu piel y la mía cautivas,

en el continente de nuestro lecho.

Somos como madreselvas aromadas,

tan ceñido el abrazo que nos une.


Es un agasajo de aguamiel tu boca,

que osada yo recojo con mis labios agitados.

Danzan mis manos al asir  tus dedos,

en busca del ímpetu para seguir amando.


La luna es testigo silenciosa  y asombrada

del amor que nos estremece en lo profundo,

elevándonos entre nubes de sabanas

hasta el infinito del goce más completo.


Y es tu pecho el cobijo a mis temores,

cuando agotada me rindo en el combate,

y me pierdo en tus ojos húmedos

para encontrarme definitivamente.

JUICIO AL DESAMOR

No me exijas que no llore, ni me impidas reclamar,

tu desamor a mi amor lo acaba de matar.

¡Te mereces con honores ser llamado criminal!

No demandes que acepte tus palabras

con el corazón lleno de quietud y conformidad.

Mi piel ha comenzado a enfriarse,

y en mis manos palpitan los clavos

que  pronto las unirán a la cruz de la soledad.

Desde la distancia te observo afligida,

mientras esquivo el acero frío de tu puñal.

Ese que sobre mi alma anhela cincelar

las pocas palabras que usas para acabar 

con las quimeras de aquellas, 

que deseamos ser tu verso mejor.

Llueve sobre la ciudad dormida,

y mientras fumas apacible,

decretas que al amor que nos unía

hoy le llegó su final.

¡Tengo pleno derecho a una lagrima derramar!

LLUVIA

 

 Desde la ventana del viejo café

percibo como  cae la lluvia

y a la gente que corre en busca abrigo.

Me pregunto donde podré ocultar mi alma

para que no la aprese la tristeza.

 

Conservo mis ojos bajos y una sonrisa helada

se dibuja en mis labios impasibles.

Mis  labios que besaban delirantes

cada parte de tu cuerpo hasta sentir,

que éramos los dos uno de tan ceñidos.

 

Tus largos y mágicos dedos, tan hechiceros

dibujantes de milagros sobre mi piel desnuda,

tiemblan impacientes sobre la pequeña mesa,

temerosos del huracán de mis reproches.

 

Una suave melodía nos envuelve,

el dolor es una espada cruel que me traspasa.

Pero orgullosa me presento ante ti,

sin demostrar que me rompo en pedazos.

 

Tratas de decirme de muchas formas,

el porque me estas dejando.

Me dices con un apenas un susurro

que no alcanzo mi entrega,

para ser por tu amor distinguida.

 

 

¡Ay!... Quisiera correr y dejarte atrás,

gritar como una delirante,

arrancarme el cabello y rasgar mis ropas.

Pero… ¿para que hacerlo?

Solo el que amo alguna vez intuiría mi pena.

 

Alzo los ojos buscando en los tuyos

el dulce amor que antes veía.

En el reflejo frenético de tu mirada,

se dibuja mansa la soledad.    

 

                              La lluvia cae y me alma se estremece…                            

CIERTA NOSTALGIA

Tengo cierta nostalgia de esas tardes de amor
en la que bebía de tu boca para apagar mi sed.
Largas tardes con los ojos perdidos en nosotros,
y las sensaciones escapando de los dedos.

La melancolía con su congoja hizo nido en mí
y el gris del otoño sombrea mis suspiros.
¿Dónde se fue ese amor que diseñaba
mi cuerpo con los matices de las caricias?

Quieta frente a la ventana veo pasar la vida
como protagonista fantasma de una película,
con sucesos tan llenos de inquietudes,
y con un final tan habitual pero no menos triste

La soledad camina junto a mi nostalgia,
como viejas amigas recorren esos lugares,
donde el hechizo de tu sonrisa buena
hacía desvanecerse la tristeza pintando el sol.

Un día más añorando la presencia del amor
que se mantiene alejado y silencioso.
Tengo frío y las horas se prolongan
en un otoño eterno y demasiado oscuro

LA SONRISA DE ROXANA

Estalla en el aíre como brisa fresca

apagando el dolor que abrasa.

Vencida cae la congoja sin expresar reclamos

cuando tu risa alza vuelo.

Ella es tu bandera que ondeas gozosa,

y quien se eleva como un escudo,

frente a los golpes que la vida provoca

y debilitan por un instante las rodillas.

Si… es hermosa tu sonrisa.
 
Si supieras lo importante que es para todos.

Es como un faro que nos guía

por las travesías más oscuras

apartando los temores profundos…

Ella es como un don…

Nos sana y preserva de la tristeza.

Va subiendo lento por tus ojos

que brillan con la candidez de las estrellas.

Y dibuja un mundo de ilusiones

cuando te acaricia la boca.

Tu sonrisa bendecía nuestros juegos inocentes

y las largas mesas donde aún estaban,

los que ahora ya se fueron.

Ella se colgaba de los barriletes de la infancia

y se hamacaba veloz en esas naves espaciales

que nos llevaban a recorrer el universo.

Ella eres tú…

Valiente, exigente, comprensiva, buena oyente

mujer soldado, hada de manos suaves, mamá.

Tu sonrisa eres tú…

Esa que por un rato se fue de viaje,

y tu cuerpo no pudo acompañarla.

Pero pronto encontró el camino de retorno

y ¡aquí esta! … perfumando nuestros días.