MUSICA

viernes, 14 de enero de 2011

MUJER - HADA

                                                                             
La aurora me prestó colores para mis mejillas,
las flores aromaron mis cabellos con sus pétalos.
Mientras la miel del rocío humedecía mis labios,
el sol se refugiaba en mi mirada enamorada.

Inocente y mágica diseñe mi existencia para ti,
deseosa de sentir el fervor de tus manos,
estrellas que guiarían mi primer ilusión de amor,
a un paraíso donde amarnos en libertad.

A tu alrededor dance engalanada con alas
que una hada de cabellos de oro me prestó.
De mi boca huían besos que iban hacia ti,
con la añeja sed de aquello que presentía bello.

Pero tus ojos no lograron descubrirme,
pasaste a mi lado sin notar mi sonrisa.
Perdido el pensamiento en la desgana
con los puños cerrados como tu alma.

La necesidad de llegar a la meta sin importar,
a quien dejabas atrás olvidado y sangrante.
La dureza de mil batallas perdidas,
que siempre fueron mas que las ganadas.

Los miedos a las heridas que no cierran,
a las mentiras que laceran más que las espadas,
te confundieron, hombre sin esperanza
y transformada en sombra me desvanecí.

martes, 11 de enero de 2011

TARIFA


Tus ásperos besos recorren mi cuerpo,
amargo maná que te alimenta.
Mientras tus manos se apuran en caricias,
febriles gestos que mi piel lastiman.

Me imploras confiese que te amo,
que lo que me provocas no lo sentí con otro.
Y yo con la mirada perdida e indiferente,
te engaño, pues la tarifa abonada lo permite.

Distante me mantengo de todos,
he dejado adormecer mis sentimientos.
Tú tomas de mi lo que precisas,
yo no lamento todo lo que brindo.

Un viejo hotel fue el  mágico castillo,
donde ambos cumplimos lo pactado.
Fui para ti la amante que buscabas,
y tú el príncipe azul que yo esperaba.

Cuando por fin te alejaste satisfecho,
eche un vistazo a los billetes que dejabas.
No hubo una sola lágrima vertida,
por una tarea tan bien ejecutada.

lunes, 10 de enero de 2011

MUJER EN LA LLUVIA



La lluvia no logra apagar el ardor de mi llanto,
que manso  acaricia mi rostro marchito.
En un rincón olvidado de una calle sin nombre,
oculto al mundo mi congoja infinita.

Entre las brumas de la memoria retornan,
esas palabras que como espadas llameantes ,
tu boca descargó con furia sobre mi alma,
que ante el altar de tu rabia se rindió.

Te alzaste altivo en tu pequeñez de hombre,
como una gigante sombra que envolvía,
esos apacibles sueños de amor que abatiste.
¡Inocentes hijos que junto a ti concebí!

Pero el dolor de amarte deja surcos profundos,
y matiza de negro mis ojos sin vida.
Convertiste a una dulce mujer enamorada,
en una confusa sombra que pernocta en tu cama.

No puedo más, querido mío, existir en guerra eterna,
dejando tirados pedazos de mi espíritu y mi cuerpo.
Necesito alzar el vuelo, aunque tenga las alas rotas,
recobrar mi vida e ilusiones lejos de tanta tristeza.