HAZME EL AMOR

Hazme el amor tan lento que cada roce,

de tus manos deje en mi piel la eternidad.

Que tu boca profunda atrape mis besos,

hasta que se confundan nuestros latidos.

Hazme el amor hasta que brote de mis ojos,

el llanto liberador de tantas inútiles esperas,

mientras sonrío feliz de haberte encontrado,

en este mundo hasta ayer sin ilusiones.

Hazlo sin mesuras porque nuestras pieles,

no tienen límites e irán más allá de los sueños.

El aroma de nuestros cuerpos, rosas encendidas,

rendirán sus secretos ante la gracia de la ternura.

Hazme el amor mientras me abrigas en tu mirada,

susurrando las palabras que tu corazón guarda.

Libera tus instintos y coge mis alas en tu gloria,

y detén el tiempo en este preciso instante para mi.

TU PUERTA

Junto al muro inaccesible de tu puerta,

tras la que se esconden tus secretos,

hago guardia silenciosa y apenada.

tratando de hallar algunos de tus sueños.

Mis ojos ambicionan traspasar la madera,

para ir más allá de sus límites sombríos.

Descubrir ese quieto reino al que tornabas,

cuando te evadías de nuestro paraíso.

Contenida en este instante de dolor perpetuo,

me repito mil veces no será posible,

que detrás de ella pueda verte como antes,

porque no se vuelve de la muerte.

Como una sombra me alejo de tu casa,

y me pierdo entre las calles de tu ciudad amada,

mientras sujeto en mis manos esos hijos - versos,

que nacieron un ocaso junto a un juramento.

TU AUSENCIA

Hay en tus ojos un mar de tristezas,

que matiza de duelo tu mirada clara.

Y en tu corazón llevas los despojos,

del amor que por mi gozabas.

En tus dedos se recogieron las caricias,

que animaban todos mis sentidos.

Tus besos saben a sal cuando me rozas

la boca que anhelante se desespera.

Sé que no hallas las palabras necesarias,

para decir Adiós sin que me duela.

Lamento no poder auxiliarte, vida mía,

solo tú puedes abrir la puerta para marcharte.

Yo quisiera confesarte que aún te amo,

pero eso haría más dolorosa tu partida.

No tardes tanto en desgarrar mi alma,

con la daga de tu ausencia tan temida.

REGALAME

Regálame la ilusión que los besos surgen,

con valientes alas y son capaces,

de atravesar los eternos muros,

que la distancia alza para apartarnos.

Rescata a mi alma de la mazmorra,

donde la soledad la tiene cautiva.

Y que tus manos fuertes liberen

mi cuerpo de la pereza de la rutina.

Nutre mi espíritu de gozo y estrellas,

recibe en tu corazón mi confianza.

Necesito creer que es posible,

que el amor puede retornar a mi vida.

Ámame sin esquemas y con tu fe intacta,

ayúdame a darme sin recelos a la magia,

de sentir que vinimos desde el principio,

para adorarnos libremente y sin temores.

RUTINA

                                                                         

El silencio cerca nuestra fortaleza,

trasformando la rutina en sombra,

que apaga la llama de nuestro amor,

y convierte su eternidad en nada.

Erramos los caminos que iban a casa,

se cayeron los puentes que nos unían,

Ahora solo somos dos extraños,

conviviendo en el mismo infierno.

Tu mirada no me refleja como antes,

el resplandor de tu ternura se extinguió.

Ahora soy un espectro del pasado,

que arrastras con amargura hasta el hoy.

Nuestros sueños concluyeron hace tiempo,

mientras enmudecían nuestras promesas,

Ahora solo somos dos desconocidos,

que no se atreven a decir adiós.

VEN A MI

Entra al valle encantado donde

se esconde mi presencia.

Y búscame entre las últimas flores,

que quedan de la primavera.

No me ames en las tinieblas,

sino en las luces de las estrellas

que acompañan tu andar cada día.

 

En tu corazón ámame a cada instante,

que mi latir te llama sin apuro,

susurrando palabras nuevas y cálidas

que van enamorándote.

Ven hacia mí…

Deja que tus pasos encuentren el camino,

que te llevará a mis brazos.