Hombre, te me vuelves verso,
cuando mi mirada acaricia tu sonrisa.
Y del fuego de tu cuerpo junto al mío,
brota la luz de mi esperanza.
De tus dedos se dispersan estrellas,
que hacen morada en mi noche.
Voy convirtiéndome en aurora,
cuando el sol de tu sexo me ilumina.
Hombre, me robas el alma,
con solo manifestar mi nombre.
Descubrí en tus labios la certeza,
que el amor tiene aroma a eternidad.